Robert Frank: La vida de un fotógrafo no puede ser una cuestión de indiferencia

Robert Frank: Desfile - Hoboken, New Jersey, 1955

Robert Frank: Desfile – Hoboken, New Jersey, 1955

Estoy muy agradecido a la Fundación Guggenheim por su confianza y las facilidades que me dieron para trabajar libremente en mi medio durante un período prolongado. Cuando solicité la beca Guggenheim, escribí: «Producir un auténtico documento contemporáneo, su impacto visual debería ser tal que anulara cualquier explicación»

Con estas fotografías, he intentado mostrar una sección transversal de la población estadounidense. Me esforcé en expresarlo con sencillez y sin confusión. El punto de vista es personal y, por tanto, varias facetas de la vida y sociedad americanas han sido ignorados. Las fotografías fueron tomadas durante 1955 y 1956, en su mayor parte en grandes ciudades como Detroit, Chicago, Los Ángeles, Nueva York y en muchos otros lugares durante mi viaje en todo el país. Mi libro, que contiene las fotografías, será publicado en París por Robert Delpire, en 1958.

He sido frecuentemente acusado de llevar deliberadamente el tema a mi punto de vista. Por encima de todo, sé que la vida de un fotógrafo no puede ser una cuestión de indiferencia. La opinión a menudo consiste en un tipo de crítica. Pero la crítica puede proceder del amor. Es importante ver lo que es invisible para los demás -tal vez el aspecto de la esperanza o la mirada de la tristeza. Además, es siempre la reacción instantánea a uno mismo lo que produce una fotografía.

Mis fotografías no son planeadas o compuestas por adelantado y no espero que el espectador vaya a compartir mi punto de vista. Sin embargo, creo que si mi fotografía deja una imagen en su mente, algo se ha logrado.

Trabajar en un encargo de una revista es otro tipo de cosas.  Me sugiere la sensación de un escritor de poca monta o un ilustrador comercial. Puesto que tengo la sensación de que mis ideas, mi mente y mis ojos no van a crear la imagen, sino que serán las mentes y los ojos de los editores los que determinarán finalmente cuáles de mis imágenes se reproducirán para adaptarse a los fines de las revistas.

Tengo un descreimiento y una desconfianza genuina hacia todas las actividades grupales. La producción en masa del fotoperiodismo y la fotografía sin inspiración, sin pensamiento, se convierten en mercancía anónima. El aire se infecta con el «olor» de la fotografía. Si el fotógrafo quiere ser un artista, sus pensamientos no se le revelan durante la noche en la farmacia de la esquina.

Yo no soy un pesimista, pero al mirar una revista de fotografía contemporánea se me hace difícil hablar sobre el avance de la fotografía, ya que hoy la fotografía es aceptada sin lugar a dudas, y también se presume que es entendida por todos -incluso los niños. Siento que sólo la integridad del fotógrafo individual puede elevar su nivel.

Me ha influido el trabajo de dos fotógrafos contemporáneos, Bill Brandt de Inglaterra y el americano Walker Evans. Cuando leí por primera vez fotografías de Walker Evans, pensé en algo que Malraux había escrito: «Transformar el destino en conciencia». Uno se siente avergonzado de pretender tanto para uno mismo. Pero, ¿de qué otra manera vas a justificar tu fracaso y tu esfuerzo?

Traducido de Robert Frank, U.S. Camera Annual, p. 115, 1958, versión en inglés publicada en American Suburb X.

Esta entrada fue publicada el agosto 28, 2012 a las 6:00 am. Se guardó como Fotografía, Lecturas, Miradas y etiquetado como , , . Añadir a marcadores el enlace permanente. Sigue todos los comentarios aquí gracias a la fuente RSS para esta entrada.

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